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La caravana migrante y su construcción como enemigo. Un análisis del conflicto

24 octubre, 2018 | 2 Comments
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La caravana migrante y su construcción como enemigo. Un análisis del conflicto

 

Tere Gómez Fernández

 

En días recientes se ha manifestado un conflicto a propósito del ingreso a México de un contingente de personas provenientes en su mayoría de Honduras, conocido como caravana migrante. Se suponía que México era un país de reconocida tradición hospitalaria, pero de manera sorpresiva un sector de la población ha mostrado su rechazo abierto ante la situación.

Un conflicto es un proceso propio de la interacción social. Es una situación en la que intervienen dos o más partes, entre las que se contraponen posturas, intereses, necesidades y/o valores. En el conflicto que nos ocupa, podemos distinguir más de dos partes −como en muchos conflictos−, con distinto grado de involucramiento, pero para fines analíticos nos centraremos en dos de ellas: de un lado, la población migrante y solicitante de asilo1, y de otro, el sector de la población mexicana que ha rechazado la llegada de la caravana. Las posturas contrapuestas, vistas de manera simplificada, son: por parte de la población migrante y solicitante de asilo (MySA) 2, la postura es: “Necesitamos entrar a territorio mexicano, ya sea para llegar a Estados Unidos o para quedarnos en México”; por parte del sector rechazante de la caravana (SR)3, la postura es: “Que no ingresen migrantes a México, y los que ya lo hicieron, que regresen a su país”. A su vez, las posturas tienen uno o varios para qué y uno o varios porqués, que corresponderían a los intereses, las necesidades y los valores que respaldan a cada postura.

Está muy claro que ambas posturas no pueden convivir, de modo que, si se quiere solucionar el conflicto, primero hay que analizarlo para entenderlo. En el análisis de conflictos se requiere observar tres componentes: las personas, el proceso y el problema. Sin que sea exhaustivo, aquí realizaremos el análisis de los elementos que consideramos clave en este conflicto.

En lo relativo a las personas, ya señalamos cuáles son las dos principales partes: MySA y SR; sin embargo, hay que considerar que ninguna de las partes representa a un grupo monolítico u homogéneo, es decir, cada uno está integrado por individuos con características que pueden ser muy distintas, si bien tienen en común una postura y unos intereses, a los que les subyacen unas necesidades y unos valores.

Además, con respecto a las personas, hay que considerar otros elementos como son las percepciones, los temores, el poder, la imagen y los sentimientos que están presentes en cada una de las partes. Si hablamos de las percepciones −de manera simplificada pero elocuente−, podemos decir que el SR tiene una percepción de los MySA como personas indeseables, problemáticas, delincuentes en potencia o en acción, posiblemente violentas e ilegales4, generalizable a todo el grupo; tiene una particular percepción de la economía y del desarrollo (“primero demos trabajo a los mexicanos”), así como de la legalidad de la migración (“están violando la ley”).  Por su parte, los MySA tienen una percepción de que en su país no hay posibilidad de satisfacer sus necesidades básicas, que su vida puede correr peligro, en algunos casos, y que el destino al que llegarán es mejor a la realidad que se vive en su país de origen; tienen distintas percepciones sobre la población mexicana, según cada grupo específico: autoridad migratoria, policía, actor de organización social, poblador de localidad pequeña o de localidad grande, etc., siendo en algunos casos una percepción positiva y, en otros, negativa.

El análisis de las percepciones es fundamental para comprender el conflicto, para lo cual es indispensable preguntarnos cuál ha sido el proceso por medio del cual se han construido unas y otras percepciones, muchas veces con base en prejuicios y en estereotipos, y qué factores y actores5 han sido determinantes en dicha construcción.

Otro elemento a analizar como parte del componente de las personas, de suma relevancia en este tipo de conflictos, es el relativo a los temores de cada una de las partes. Los MySA tienen el temor de no poder alimentar a su familia, de no tener trabajo, de no tener patrimonio, ni salud, ni educación, ni recreación, ni protección, ni seguridad. En muchos casos, este último temor −no tener protección ni seguridad− es crucial, pues puede estar en juego su libertad y su vida; tienen temor al daño a su patrimonio (generalmente, ya escaso), a ser extorsionados, al reclutamiento forzado por las bandas criminales, a las amenazas, a los daños físicos y psicológicos, a la privación de libertad y a los asesinatos.

Por su parte, el SR tiene el temor, a su vez, de perder los mismos bienes: el patrimonio, la salud, la educación, la recreación, la protección y la seguridad; de que estos bienes no alcancen para todos.  Tiene temor a la pobreza de los otros, lo que se conoce como aporofobia, que significa miedo al pobre −como lo ha señalado Adela Cortina−, a sus comportamientos violentos y a su mala fortuna, considerando que son intrínsecos a la pobreza.

Al igual que con las percepciones, es indispensable preguntarnos cuál ha sido el proceso por medio del cual se han construido unos y otros temores, muchas veces con base en verdades parciales, y qué factores y actores han sido determinantes en dicha construcción.

Si consideramos el conjunto de percepciones y temores, y cómo se han ido formando, tendremos ante nosotros una construcción social del enemigo −como han advertido José María Tortosa y otros investigadores para la paz−; de ese enemigo, entidad colectiva que nos amenaza y que pone en evidencia nuestras propias debilidades; de la caravana migrante como enemiga, que nos amenaza como sociedad y que pone en evidencia nuestras propias debilidades como país.

Un análisis completo del conflicto incluiría otros elementos como el contexto, la trayectoria del conflicto, las frases, las violencias presentes, la comunicación y las interrelaciones en los distintos actores; asimismo, incluiría la identificación de las necesidades y los valores que subyacen a los intereses y a las posturas, pero por motivos de espacio, esto no se hará.

Lo analizado aquí son solo unas aristas del conflicto. Aun así, esperamos que sea suficiente para encontrar la clave para la transformación del conflicto, que radica en la posibilidad de mover las posturas que están contrapuestas −si bien, en un movimiento que puede ser parcial−, con el fin de acercarse más a las necesidades y a los valores comunes que como género humano tienen todos los involucrados.

 

Notas:
1 Población migrante y solicitante de asilo: Una persona migrante es aquella que, sin importar el motivo −como el económico−, se desplaza a un territorio distinto a su domicilio habitual. Por su parte, una persona solicitante de asilo es aquella que solicita el reconocimiento de la condición de refugiado y que no ha recibido aún una resolución; la persona refugiada es aquella que sale de su país huyendo del conflicto o la persecución y que, de permanecer en su país, su vida o su libertad correrían peligro.
2 MySA: Población migrante y solicitante de asilo. En lo sucesivo, se le designará así en este texto.
3 SR: Sector rechazante de la caravana. En lo sucesivo, se le designará así en este texto.
4 El término ilegal es inadecuado por tres razones: 1) la legalidad/ilegalidad no es una característica de las personas, sino de los procesos, las actividades y los objetos; 2) la legislación nacional e internacional protege a las personas en desplazamiento forzado; 3) las personas que ingresan a territorio mexicano sin la documentación adecuada no cometen delito alguno, sino una falta administrativa.
5 Entre los actores que contribuyen a la formación de las percepciones se encuentra la prensa. En una nota sobre un asalto, por ejemplo, es común que los titulares destaquen el origen extranjero del presunto delincuente, mientras que es raro que suceda lo mismo cuando se trata de mexicanos (Ver: https://noticieros.televisa.com/ultimas-noticias/detienen-dos-colombianos-acusados-robo-casa-habitacion-cdmx/).

 

Comments (2)
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Laura Fierro Evans 25 octubre, 2018 at 12:12 pm

Tere! Me encantó la forma pausada, objetiva y desapegada de analizar este tema. Me invita a querer leer más, a que lo traduzcas al inglés, pues esto que dices aplica a los migrantes africanos en Europa igual que a la caravana. Me aporta mucho esto de la fobia al pobre que nos invade, que es lo que le pasa Trump y a los gobiernos que les coerran las puertas. Espero sigas construyendo, publicando y compartiendo! Un abrazo!

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Jorge Quezada 31 octubre, 2018 at 11:18 am

Excelente informacion la proveida en este articulo. Todo progreso migratorio debe ser analizado en su contexto. Al hablar de la comunidad migrante de nuestros hermanos de centro-america se necesita analizar a fondo el problema, las personas y el proceso como ha sido propuesto en este articulo. Gracias por la informacion.

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