En un ejercicio de sumar a la eliminación de la violencia contra las niñas, adolescentes y las mujeres, invitamos a la construcción de un mundo en el que las personas, sin ninguna distinción de religión, nacionalidad, género, pertenencia a un grupo social u otra causa de exclusión, se puedan desarrollar, conviviendo bajo los valores de la paz y la solidaridad, en el pleno reconocimiento y ejercicio de sus derechos humanos.